La calle Sierpes se encuentra ubicada en pleno centro de Sevilla, es una tradicional, concurrida y bulliciosa calle peatonal donde se aglomeran reconocidos comercios, bares, cafeterías, lugar elegido por los sevillanos y turistas para sus paseos de compras y recreación, situada en el centro de la ciudad, comienza en la Plaza de la Campana y termina en la Plaza San Francisco. Aún ante el auge de otras calles paralelas peatonales como lo son las calles Velázquez o Tetuán, la calle Sierpes mantiene su importancia comercial y es la favorita de los residentes y extranjeros que visitan Sevilla.
Lugar de citas y reuniones, la calle Sierpes se viste de fiesta cada año en Semana Santa, formando parte indispensable de la Carrera Oficial, partiendo de la Plaza de la Campana hasta la Plaza de San Francisco, y en primavera y verano se cubre de toldos para aliviar el calor que azota las calles del centro de Sevilla.
Una calle con historia
Antiguamente, la Calle Sierpes constituía un brazo del Guadalquivir, rodeada de conventos y otras instituciones monásticas construidas durante los siglos XVII y XVIII, como así también la Cárcel Real donde estuvo preso Miguel de Cervantes.
Llamada en aquellos tiempos con el nombre de «Espaderos», son varias las versiones que circulan sobre la adquisición de su nuevo nombre: algunas sostienen que se debe a su trazado de curvas semejante al de una serpiente, otras hablan de una serpiente encontrada en una alcantarilla que devoraba niños que desaparecían. Algunos historiadores argumentan que el nombre de «Sierpes» proviene de la Cruz de la Cerrajería (ubicada en la Plaza de Santa Cruz e instalada hasta 1840 en la confluencia de Sierpes con la calle Rioja), ya que en otro tiempo y según la obra «El Cicerone de Sevilla» de Alejandro Guichot, pudo ser conocida como la Cruz de las Sierpes. También se dice que su nombre proviene de un supuesto caballero llamado Don Álvaro Gil de las Sierpes quien tenía su residencia en esta calle.